La comarca de Las Merindades, habituada a condiciones climatológicas extremas, vivió ayer un día histórico con avenidas que no se conocían en décadas, especialmente en los ríos Trueba y Nela, de la cuenca del Ebro, y en el Cadagua, que vierte al Nervión.
Según los datos de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) registrados desde 1990, la avenida de ayer en el Trueba igualaba a las once de la noche a la más importante tras la ocurrida en 2003, mientras que la del Nela en Trespaderne superó todas las registradas desde 1963.
Las precipitaciones de agua cayeron incesantemente durante todo el día, alcanzando en Espinosa de los Monteros el máximo de todos los pluviómetros de la comarca, con 108 litros por metro cuadrado a las nueve de la noche y en Cornejo de Sotoscueva, 59,6. Unidas al rápido deshielo de la nieve acumulada en las montañas convirtieron todos los arroyos en ríos y todos los ríos en pequeños océanos, que anegaron centenares de hectáreas de cultivo y pasto.


















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